Suele emplearse para tratamientos locales o sistémicos (generales) en pacientes con:
- dificultades para tragar o deglutir
- que no toleran la vía oral (y no es posible la administración inyectable)
- que se encuentran inconscientes
- administración de fármacos que irritan la mucosa gástrica.
Presenta como inconvenientes:
- la incomodidad de la administración
- la irritación de mucosas
- las irregularidades en la absorción.
Los medicamentos que se pueden administrar por vía rectal se presentan en los siguientes formatos: . Supositorios. . Pomadas. . Enemas.
Procedimiento:
ADMINISTRACIÓN de un medicamento por VÍA RECTAL
- Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.
- Explicar al paciente el procedimiento.
- Lavar las manos y colocar guantes.
- Posicionar al paciente en decúbito latera l izquierdo, de forma que se encuentre cómodo.
- Separar con una mano los glúteos y administrar la medicación con la otra mano, atravesando el esfínter anal.
- Cuando el medicamento sea un enema, es posible que sea necesaria la utilización de un lubricante antes de la introducción en el recto del dispositivo de aplicación.
- Pedir al paciente que mantenga la posición, con las nalgas oprimidas y que aguante el deseo de defecar durante unos minutos.
- Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.
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Sé que te va a sorprender, pero el supositorio no se administra por la punta, sino por la parte lisa.
Ambas formas de administración son correctas, pero si los introducimos por la parte lisa, la expulsión es más difícil y el supositorio entra de forma más profunda.
Si debe introducirse la mitad de la dosis, el supositorio se corta a nivel transversal.
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