LA FIEBRE
El cuerpo mantiene una temperatura constante mediante un centro, llamado termorregulador, localizado en una parte del cerebro llamada hipotálamo. Cuando ese centro, por diferentes causas, establece una temperatura más elevada, se produce la fiebre.
Habitualmente la temperatura es algo más baja a primera hora del día, en torno a las 6 de la mañana, y alcanza su máximo entre las 4 y las 6 de la tarde. A esas horas, temperaturas de hasta 37,7 grados pueden ser perfectamente normales.
Hablamos de febrícula si la fiebre es de escasa magnitud (menor de 38º C) y de fiebre si se superan los 38 ºC.
La fiebre muy elevada o acompañada de síntomas muy acusados debe ser tratada. También en los casos de convulsiones febriles en los niños, en la mujer embarazada, o en enfermos con alteración importante cardiaca, pulmonar o cerebral.
Sin embargo, no parece tan claro que sea necesario quitar la fiebre leve o moderada, y en muchas ocasiones puede ocultar información importante para el diagnóstico.
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